"El balón nunca engaña. El jugador debe mirar la pelota y no la silueta del contrario"

Luis Aragonés

martes, 5 de abril de 2016

608 días de auténtico calvario


Un año, ocho meses y tres días después Javi Cavadas, jugador del Pozuelo de Alarcón (equipo de la Tercera Madrileña), ha vuelto a sentirse futbolista. Mucho sufrimiento, mucha recuperación y muchos altibajos durante todo este largo tiempo.

Todo comenzó la temporada 2014/2015 cuando Cavadas decide fichar ese verano por el Puerta Bonita, equipo del barrio de Carabanchel, y abandonar después de tres años el Unión Adarve, club del Barrio del Pilar. Una decisión que no fue fácil porque Cavadas era el capitán de un equipo que venía de jugar unos Play-Off. Algo histórico para una entidad tan humilde y tan modesta como es el Unión Adarve.

Pero Cavadas era algo más que un capitán. Era el alma. La alegría. El positivismo. La fortaleza. Pero el proyecto que le ofrecía el Puerta Bonita era ambicioso. Un equipo recién descendido de Segunda División B, rodeado de varios de sus amigos con los que estuvo en el Adarve semanas atrás, aspirante a jugar unos Play-Off y, por qué no, subir de nuevo de categoría. Además, a última hora se unió Lolo Escobar, entrenador que tuvo Javi en el Adarve durante varias temporadas. Muchos motivos que le hicieron a Cavadas tomar la decisión de dar un paso más en su dilatada carrera en el Fútbol Modesto.

La ilusionante pretemporada con el Puerta Bonita empezó a finales del mes julio: el martes 29. Dos días después, el 31 de julio llegó la mala noticia para Javi Cavadas. Nada más empezar el entrenamiento, en los ejercicios previos para calentar, Cavadas pisó mal el balón y se rompió el tendón de Aquiles. Ocho meses de baja. Adiós a la temporada.

Una lesión siempre es un palo para cualquier futbolista. Y más de estas características. Y para "El Pelocho" de la Tercera Madrileña (como así se le conoce a Cavadas por su pelo rizado) no iba a ser menos. Pero si por algo se caracteriza Javi es por ser una persona muy fuerte mentalmente. Además, en estos momentos tan duros no iba a estar solo. Contaba no sólo con el apoyo de sus amigos del equipo, sino también con el cariño de todos los compañeros (jugadores, entrenadores, presidentes, periodistas,...) que forman parte de la Tercera Madrileña y del Fútbol Modesto. La recuperación fue larga y muy dura. Pero Cavadas siguió de pie, con la mirada al frente y con la ilusión y las ganas de volver a jugar al fútbol.

Pasaron los meses y la dinámica del Puerta Bonita era buena en la Tercera Madrileña. Pero la marcha de Lolo Escobar como técnico carabanchelero, a finales de enero de 2015, fue otra noticia negativa para Cavadas, que decidió no continuar en las filas del Puerta Bonita. El central quedaba libre y el Pozuelo de Chema Ramos decidió apostar por él, sabiendo de la situación de Cavadas: aún le faltan un par de meses para terminar su recuperación de la lesión. Aún así, el míster del Pozuelo decidió apostar por este futbolista y el 31 de enero de 2015 se convirtió en nuevo jugador "verde". Parecía que el fútbol le volvía a sonreír a Javi Cavadas.

Parecía. Porque una vez superada la grave lesión del tendón de Aquiles, el calvario de las lesiones siguió para "El Pelocho". Cuando parecía que ya estaba listo para debutar y afrontar los últimos partidos de competición, de nuevo otra lesión. Esta vez muscular: rotura del aductor. De nuevo, vuelta al fisio y a las largas sesiones de recuperación. Pero lo dicho, Cavadas es un tipo fuerte y alegre y esta nueva lesión no pudo con él.

Pero las malas noticias seguían apareciendo. Cuando todo hacía indicar que ya estaba recuperado, otra nueva recaída en la misma lesión muscular. Lo que no le permitió debutar la temporada pasada. Tocaba terminar de recuperarse y afrontar la nueva temporada, la actual, empezando de cero y sin perder la sonrisa, las ganas y la ilusión.

Y así fue como llegó Cavadas al pasado mes de julio cuando empezó la pretemporada con el Pozuelo. Sin miedos y como si fuera un niño con zapatos nuevos. Nueva temporada, nuevos retos. Y con el objetivo de volver a jugar al fútbol. No tenía prisa. No quería precipitarse. Sabía que su momento iba a llegar. Pero ese momento, iba a tardar en aparecer.

Nada más empezar la temporada, recaída en el aductor. Era su tercera lesión muscular. La misma que las dos anteriores. Parecía que le había mirado un tuerto a Cavadas, que en lugar de desanimarse, siguió luchando y con mucha ambición, apoyándose en sus compañeros de equipo y en su familia.

Poco a poco, la luz iba apareciendo en el largo y complicado camino de Javi. Lo que no sabía es que esa luz estaba más lejos de lo que el propio Cavadas pensaba. Porque de nuevo sufrió otra lesión muscular. La cuarta. Esta vez en el cuádriceps. La desesperación se hacía palpable en el carácter ganador de Javi. Y con buen guerrero que es, la superó.

Pero el pasado noviembre la carrera futbolística de Javi Cavadas estuvo a punto de llegar a su final. Una nueva lesión, la quinta, esta vez en el músculo sartorio hizo que Cavadas se planteara el dejar el fútbol. De hecho, habló tanto con el presidente del Pozuelo, Isaac Cardoso, como con el entrenador, Chema Ramos, para pedirles la baja. Ninguno de los dos la aceptaron. Creían y apostaban por Javi. Le dijeron que fuera paciente y tuviera mucha calma. Cavadas aceptó y siguió, yendo dos días a entrenar y y haciendo todos los días doble sesión en el gimnasio con el preparador físico, Víctor Pizarro.

A las malas noticias en el plano futbolístico, a Cavadas le tocó sufrir la noticia más dura en el plano personal que un hijo puede vivir: la muerte repentina de su padre hace apenas unas semanas. Un duro palo. Ya no sólo porque es la pérdida de un familiar y un ser querido. Sino porque el padre de Javi Cavadas era el típico hombre que acompañaba a su hijo a todos sus partidos. Jugase o no jugase. Un fiel compañero y un apoyo incondicional. Todo esto dejó muy tocado a Cavadas, como es lógico. Pero no pudo con él, demostrando, una vez más, que es una persona muy fuerte y que ahora más que nunca, no se iba a derrumbar y tenía un aliciente de peso para conseguir su objetivo de volver a jugar al fútbol. Sin su padre presente en las gradas de los campos de Tercera pero viéndole desde arriba y sintiéndose muy orgulloso de todo lo que había luchado.

Y ese día, por fin ocurrió. Eran, aproximadamente, las 13:40 del pasado domingo 3 de abril de 2016. El Pozuelo tenía la victoria en su mano frente al Alcalá y Chema Ramos decidió dar entrada a Javi Cavadas, con el número 2 a la espalda.




Pero la ambición de Javi Cavadas más allá. Casi dos años después, ha vuelto a sentirse futbolista. Muchos varapalos tanto en lo profesional como en lo personal. Atrás ha dejado 608 días de oscuridad, sin apenas luz. Y ahora le toca seguir disfrutando. Se lo ha ganado. Porque Javi Cavadas es un claro ejemplo de superación diaria.

¡¡¡ENHORABUENA CAVADAS!!!


8 comentarios:

  1. Que gran artículo Richi y sobre todo con que cariño está escrito, porque Cavadas se merece un gran momento de felicidad. Enhorabuena para los dos.
    Un abrazo

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  2. Cuanto Mr alegro chiquitin, de todo se sale!!

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  3. Cuanto Mr alegro chiquitin, de todo se sale!!

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  4. Increible richi muchas gracias de verdad!!! No tengo palabras
    Cavadas

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  5. Enhorabuena Cavadas. Tu historia me hace sentir que la vida es una carrera de obstáculo y no hay que tirar la toalla. De todo se aprende y se saca lo bueno. A seguir luchando

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  6. Como se nota lo grande que eres como persona sobrino que pedazo de artículo se ha marcado Richi,te mereces todo esto y más javito

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  7. Como se nota lo grande que eres como persona sobrino que pedazo de artículo se ha marcado Richi,te mereces todo esto y más javito

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  8. Como me gusta ver a Cavadas de nuevo en el Campo, una gran alegria para el futbol modesto, desde Parla me alegro un monton que haya vuelto y ojala no tengo mas lesiones y pueda disfrutar de lo que mas le gusta.

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