"El balón nunca engaña. El jugador debe mirar la pelota y no la silueta del contrario"

Luis Aragonés

martes, 12 de marzo de 2013

Nada es imposible

O "Impossible is nothing". Una gran frase que muestra una realidad como un templo. En esta vida, imposible no hay nada. Lo que sí que existen son cosas más difíciles de conseguir que otras. Pero a base de luchar, pelear, poner ilusión, ganas y mucha motivación hacen que esas cosas difíciles se transformen, a veces, en algo más sencillas.

Pues eso es lo que debe de pensar el Barça para el partido de esta noche. Está en una situación complicada pero no imposible. Por eso el conjunto catalán no debe perder nunca la cara en todo el partido y saber que está ante una de esas noches de Champions donde la magia aparece y hace que esta competición sea la más querida y la gran obsesión de todos los clubes de Europa. Va a tener que luchar mucho para solventar el 2-0 de la ida. Tiene que aparecer el gran Barça. El que, hasta hace apenas un mes, era el mejor Barça de la historia. Se juega media temporada en tan sólo 90 minutos. Sin Copa del Rey y con la Liga prácticamente conseguida, el conjunto azulgrana pone sus miras en la "orejona".

Como bien apuntaba Gerard Piqué ayer en la rueda de prensa previa al encuentro, no hay que dudar del Barça en ningún momento. Sólo por un mal momento por el que está pasando ahora tanto de juego como de condición física. Es un momento puntual. O no. Y es que todo el mundo, también fuera de Barcelona, se pregunta si hay un factor más importante que los dos anteriores. Y puede existir: la enfermedad de Tito Vilanova, que a los jugadores sí les está pasando factura al no tener a su hombre líder del vestuario.

Pero aún así, el Barça le ha dado mucho al fútbol, en los últimos años. Tanto al español como al europeo y mundial. Y por una mala racha no hay que dudar de este equipo en ningún momento. Ha hecho grandes partidos, ha ganado títulos importantes en los últimos años, ha tenido y tiene grandes jugadores,...Puede que el Real Madrid le pillase y le sorprendiese. Y puede que la Liga, al tenerla finiquitada desde hace tiempo por no tener un rival digno esta temporada, es lógico que se haya relajado un poco y haya bajado el listón. Pero la Champions es la Champions. Y requiere una concentración máxima. Una concentración distinta. Y si no estás al 100%, quien tienes en frente, te elimina. Y el Barça, con el resultado de ida en Milán, ha visto las orejas al lobo. Con eso y viendo que en la capital, el eterno rival ha cogido una buena racha, no quiere descuidarse. De ahí, la importancia del partido de esta noche ante un rival veterano, con experiencia pero al que los 90 minutos le pueden suponer ser los más largos de su historia. El Barça buscará la machada de estar el próximo viernes en el bombo de los ocho mejores equipos de Europa. Difícil y complicado lo tiene. Pero no imposible.