"El balón nunca engaña. El jugador debe mirar la pelota y no la silueta del contrario"

Luis Aragonés

martes, 22 de mayo de 2018

Deshojando la margarita...de su futuro

Como si de un quinceañero se tratase, Antoine Griezmann está decidiendo su futuro como todos aquellos que, al menos una vez, hemos dejado nuestro amor hacia una chica en manos de una margarita. ¿Quién no ha ido alguna vez al campo, ha visto una margarita, la ha cogido, ha pensado en la chica o el chico que le gustaba y con cada hoja que quitaba decía 'Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere,...'? Así hasta que más o menos sabías cuántas hojas te quedaban y podías saber de antemano la respuesta. Si te interesaba, es decir, si la última hoja era positiva (vamos, que te quería), eras la chica o el chico más feliz del mundo y dabas saltos de alegría. Si no te interesaba, es decir, si la última hoja que quitabas tenía respuesta negativa (que por mucho que te empeñases, no te quería), la pobre flor no valía para nada o tal vez era que te habías equivocado y entonces lo volvías a intentar (hasta que te saliera la respuesta deseada...ME QUIERE).

Pues lo mismo le pasa a Griezmann. O al menos, así está dando a entender que está eligiendo su futuro. 'Me quedo en el Atleti o me voy, me quedo en el Atleti o me voy'. No es la primera vez que tiene dudas el francés. El Atleti, en su conjunto, ha hecho todo lo que estaba en su mano. Más no puede hacer. La directiva se ha sentado con él para convencerle de que la próxima temporada siga defendido la camiseta rojiblanca. Y le ha intentado seducir no solo con una ficha muy alta y muy seductora. También diciéndole que va a ser el estandarte del club. Y que el rol que va a tener en el Atleti no lo va a tener en ningún otro club. Sus compañeros, en su mayoría, por no decir en su totalidad, le han pedido de todas las maneras posibles que se quede con ellos un año más. Incluso los aficionados, aunque estén un poco cansados de la actitud del francés en este aspecto, también han demostrado que quieren seguir cantando canciones en las que Antoine siga siendo el principal protagonista.

Pero Griezmann no lo tiene claro. Al principio era que quería seguir creciendo como futbolista. Siempre generando dudas, muchas, en el entorno del club rojiblanco. Y qué mejor lugar que en el Atleti, donde en los cuatro años que ha estado, su proyección ha ido aumentando de la mano del 'Cholo'. A continuación, quería ganar títulos. Desde que llegó, solo ha podido conquistar la Supercopa de España frente al Real Madrid, y la Europa League este año frente al Olympique de Marsella, siendo él el actor principal gracias a los dos goles que marcó en la final.

Aún así, el francés ha seguido generando dudas. Muchas. El Atleti, como club, no ha tenido en cuenta lo dubitativo que ha estado el francés. Pero la afición rojiblanca no es una afición cualquiera. Es especial, llena de sentimientos y quiere jugadores con compromiso. No futbolistas con nombre ni grandes estrellas. Y han visto que Griezmann ha estado jugando con sus sentimientos y no ha sido nada claro. 'Ahora me voy, ahora me quedo, ahora me voy, ahora me quedo'.

Y lo podría haber sido tras proclamarse campeón de la Europa League hace apenas unos días y ser, además, el MVP de la final. Pero para Griezmann no era el momento. Y los aficionados del Atleti pensarán: ¿Cuándo es el momento, querido Antoine? Porque quieren una respuesta. Están en su derecho de exigírsela. De ahí, los pitos, una vez más, en el último partido de Liga frente al Eibar. Cuando salió por un Koke ovacionado. Y para él, cada vez que tocaba el balón, la misma sintonía. Pitos, pitos y más pitos. Incluso, por enésima vez, sus compañeros y entrenador pedían a la grada que alentasen al francés. Era un momento cumbre. Muy importante su futuro. Quedan ya pocas hojas para saber si Griezmann 'se queda o se va, se queda o se va'.

La pelota está en el tejado de Antoine. Sabe que el club le quiere. Va a seguir siendo un pilar muy importante para el equipo. Dirigido por el mejor comandante que un futbolista, de estas características, puede tener: Simeone. ¿Que antes del último partido de Liga en el Wanda Metropolitano la última hoja de la margarita era 'me quedo'? Probablemente. Porque el Atleti ha cumplido con su palabra: ha ganado otro título más, la tercera Europa League en su historia. Pero a Griezmann no le pueden entrar, de nuevo, dudas por los pitos que recibió. Él solito se los ha ganado no siendo franco y sin haber dado una respuesta aún. La afición del Atleti es exigente. Sí. Y si decide quedarse, los aficionados no se lo recriminarán. Y si se queda, que sea porque quiere, porque está convencido con el proyecto que le propone el club y porque se siente comprometido. Y si decide marcharse, la afición tardará mucho en olvidar. Pero no por decidir marcharse (también se fueron Diego Costa, Falcao, Mandzukic, Villa, Forlán) sino por no haber sido claro desde un primer momento. Y sería poco maduro por parte de Griezmann que los pitos del domingo supusieran que el francés, cuando tenía ya decidido que se quedaba, volviera a las andadas y se echara para atrás en esa decisión final.

A la margarita le queda tan solo una hoja. Y no hay más flores si la respuesta, finalmente, no es la deseada para el francés, como cuando teníamos 15 años, que hasta que no saliera la respuesta que queríamos tener, no parábamos de deshojar margaritas. Griezmann lo sabe. Pero sabe esto y también todo lo anterior: que el club le quiere y la afición perdonaría. Pero que unos pitos no decidan si 'me quedo en el Atleti o me voy'.