Los aficionados del Atleti están deseosos de que llegue el sábado y sean las 22:00 horas para ver a su equipo jugar contra el Zaragoza y ver...¡¡¡CON QUÉ COSAS LES SORPRENDE!!! Porque está claro que el Atlético de Madrid es una caja de sorpresas. Igual gana 2-0 al actual campeón de la Copa de Europa como pierde 4-1 frente a un recién ascendido.
Todo hace indicar que Quique Sánchez Flores volverá a cambiar el equipo una vez más, algo que ya no sorprende a nadie porque es algo habitual que el técnico madrileño hace semana tras semana y, por lo que parece, no se cansa de hacerlo y está orgulloso de hacerlo.
El único que no cambia es De Gea, que insisto una vez más, creo que estando Quique en el banquillo rojiblanco, está cortando la proyección de esta guardameta. La defensa, como no podía ser de otra manera, nueva una vez más. Está vez para suplir la baja de Godín por sanción. Pero también entrará Ujfalusi en lugar de Valera, por lo tanto, sería Ujfalusi-Perea-Domínguez-Antonio López. Sí, seguirá jugando Perea pese a los múltiples errores que ha cometido el colombiano (y que aún faltan muchos más por cometer). En el medio la duda está entre quién será el acompañante de Tiago, un jugador que le ha servido un mes y medio bueno el año pasado para vivir dos años seguidos en Madrid y no hacer nada, si Raúl García o Assunçao, quien ha perdido la confianza de Quique Sánchez Flores y ya no cuenta para él. En los extremos estará, por supuesto, Reyes y todo hace indicar que ha perdonado a Elías y el brasileño será titular, desplazando a Juanfran, un fin de semana más, al banquillo. Y arriba no ha duda, el mágico Kun Agüero y el desaparecido Diego Forlán, que ya no mete goles ni de penalti.
Veremos a ver qué es lo que ocurre en La Romareda mañana sábado, pero todo hace indicar que el Atlético de Madrid se guarda algo y lo mostrará mañana sobre el terreno de juego. A todo esto, partido importante porque como el Atleti pierda se colocaría a...¡¡¡3 PUNTOS DEL DESCENSO!!!
viernes, 18 de febrero de 2011
El ciclo del Sevilla se ha terminado
No me gusta, en absoluto, la pinta que tiene el Sevilla esta temporada. Realmente, desde hace dos años el Sevilla ya no es el equipo que era antes. Sí, es cierto que el año pasado fue campeón de la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid, pero eso no quita a que el equipo andaluz haya pegado un bajón bastante considerable.
¿Las razones? Simples y sencillas. Tomando decisiones impropias de un club de la categoría del Sevilla, campeón dos veces de la Copa de la UEFA, campeón de la Supercopa de Europa y campeón en dos ocasiones de la Copa del Rey, entre otras cosas, tiene que mantener los pies en el suelo y no puede volverse loco por haber ganado tantos títulos en tan pocos años. Tiene un mérito tremendo que el Sevilla haya emergido poco a poco y le haya plantado cara a clubs tan importantes como el Real Madrid y el Barça, en España, y el Milán, al Shakhtar Donestk, al Middlesbrough, en Europa. Pero como todo en esta vida, hay que ser humildes, y el Sevilla jamás será un equipo así mientras esté José María Del Nido en la presidencia. Una persona que se queja porque el dueño del Racing, el indio Ali Syed, celebró el tanto que le dio la victoria al conjunto cántabro frente al andaluz de una manera un tanto peculiar y alegre, cuando él se presenta con su sombrero en todos los partidos de la Copa del Rey, a raíz de ganar al Barça en los octavos de final la temporada pasada, llegando incluso a ponérselo durante toda la final, estando el Príncipe Felipe a su lado.
Dentro de las decisiones que se han tomado y que han sido erróneas, hay una que destaca por encima de las demás: un equipo como el Sevilla no se puede permitir el lujo de cambiar de entrenador cada temporada o ni eso, porque da sensación de inseguridad, inestabilidad y desconfianza. El equipo hispalense tiene que seguir la misma estrategia que siguió hace apenas unos años cuando mantuvo a Joaquín Caparrós durante bastante tiempo, al igual que Juande Ramos, hasta que llego la multimillonaria oferta del Tottenham.
Si a todo esto, le sumamos que el ciclo del Sevilla se ha terminado, pues queda claro que tiene que haber una reestructuración de los pies a la cabeza, es decir, desde arriba, desde el propio presidente, al que se le han acabado las ideas, incluyendo a Monchi, el director deportivo que ya no ficha también como antes, como a los propios jugadores, que cumplen años, están descontentos y ya no rinden igual, como es el caso de Luis Fabiano.
Por lo tanto, el Sevilla tiene que recuperar su ideología, su filosofía y su alegría porque ahora mismo está inmerso en una crisis de resultados y de juego bastante considerable. De hecho, en la Liga poco puede y tiene que hacer, y en la Europa League más de lo mismo tras la dolorosa derrota sufrida frente al Oporto. No se trata de empezar de cero porque el Sevilla tiene mucho construído, pero si de cambiar varias piezas para que todo vuelva a ser como antes.
¿Las razones? Simples y sencillas. Tomando decisiones impropias de un club de la categoría del Sevilla, campeón dos veces de la Copa de la UEFA, campeón de la Supercopa de Europa y campeón en dos ocasiones de la Copa del Rey, entre otras cosas, tiene que mantener los pies en el suelo y no puede volverse loco por haber ganado tantos títulos en tan pocos años. Tiene un mérito tremendo que el Sevilla haya emergido poco a poco y le haya plantado cara a clubs tan importantes como el Real Madrid y el Barça, en España, y el Milán, al Shakhtar Donestk, al Middlesbrough, en Europa. Pero como todo en esta vida, hay que ser humildes, y el Sevilla jamás será un equipo así mientras esté José María Del Nido en la presidencia. Una persona que se queja porque el dueño del Racing, el indio Ali Syed, celebró el tanto que le dio la victoria al conjunto cántabro frente al andaluz de una manera un tanto peculiar y alegre, cuando él se presenta con su sombrero en todos los partidos de la Copa del Rey, a raíz de ganar al Barça en los octavos de final la temporada pasada, llegando incluso a ponérselo durante toda la final, estando el Príncipe Felipe a su lado.
Dentro de las decisiones que se han tomado y que han sido erróneas, hay una que destaca por encima de las demás: un equipo como el Sevilla no se puede permitir el lujo de cambiar de entrenador cada temporada o ni eso, porque da sensación de inseguridad, inestabilidad y desconfianza. El equipo hispalense tiene que seguir la misma estrategia que siguió hace apenas unos años cuando mantuvo a Joaquín Caparrós durante bastante tiempo, al igual que Juande Ramos, hasta que llego la multimillonaria oferta del Tottenham.
Si a todo esto, le sumamos que el ciclo del Sevilla se ha terminado, pues queda claro que tiene que haber una reestructuración de los pies a la cabeza, es decir, desde arriba, desde el propio presidente, al que se le han acabado las ideas, incluyendo a Monchi, el director deportivo que ya no ficha también como antes, como a los propios jugadores, que cumplen años, están descontentos y ya no rinden igual, como es el caso de Luis Fabiano.
Por lo tanto, el Sevilla tiene que recuperar su ideología, su filosofía y su alegría porque ahora mismo está inmerso en una crisis de resultados y de juego bastante considerable. De hecho, en la Liga poco puede y tiene que hacer, y en la Europa League más de lo mismo tras la dolorosa derrota sufrida frente al Oporto. No se trata de empezar de cero porque el Sevilla tiene mucho construído, pero si de cambiar varias piezas para que todo vuelva a ser como antes.
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