Siempre que se inicia un nuevo proyecto, se necesita un período de adaptación de todos los nuevos miembros llegados a la ciudad donde, durante al menos nueve meses, van a tener que defender un equipo, un escudo, una afición llena de ilusión y sentimientos,...A veces ocurre que ese período se hace más largo porque hay jugadores que notan más esa pequeña presión añadida que tienen (por lo que han costado, por lo que significa el club por el que han firmado, por cambiar completamente de aire y amoldarse a una nueva ciudad,...).
Algo parecido le ha pasado esta temporada al Málaga de los jeques y de Pellegrini. La inversión que han hecho ha sido muy grande. La primera toma de contacto fue el año pasado tras el mercado invernal y la verdad es que los resultados fueron positivos porque el conjunto malagueño consiguió salvar la categoría (era un claro candidato al descenso) e, incluso, lucho por conseguir un puesto europeo. Finalmente no lo consiguió, y eso sirvió para que los jeques se dieran cuentan de que si ponían algo más de dinero, el año que viene el Málaga iba a estar viajando por Europa.
Y eso es lo que ha ocurrido esta temporada. El Málaga ha sido el equipo español que más movimiento ha generado en el mercado de fichajes este verano, tirando de talonario y fichando a una serie de jugadores que encajan perfectamente en la filosofía del club andaluz: Cazorla, Joaquín, Sergio Sánchez, Isco, Toulalan,...es decir, mezcla de juventud e ilusión por triunfar con veteranía y ganas de demostrar que aún pueden hacer algo importante.
Al principio, y ahora también, el Málaga tenía muy buena pinta. Había ilusión, ganas de hacer grandes cosas, cumplir el objetivo de entrar en Europa,...y plantilla había para ello. Tras tres meses de competición, se puede decir que el conjunto que dirige Manuel Pellegrini es un claro candidato para ocupar, al menos,una de las dos plazas de Europa League para la temporada que viene e, incluso, luchar por hacerse con esa cuarta plaza para la Champions. Y por qué no acabar líder de la otra Liga e ir como tercer clasificado. Será un bonito duelo el que disputen Valencia y Málaga por esa tercera posición.
Le ha costado a Manuel Pellegrini más de alguna crítica y pintada en su contra, pero tras los últimos resultados conseguidos, ha dado con la tecla y ya tiene esquema fijo y, lo más importante, tiene un once claro, algo que facilita mucho las cosas y los aficionados agradecerán porque a no ser de que haya una lesión o una sanción de por medio, es agradable que la afición de un equipo se sepa el once titular cada domingo.
Si la humildad, la ilusión y todo lo que le caracteriza al Málaga esta temporada se mantiene, la temporada del conjunto malagueño será inolvidable. Por mucho dinero que haya de por medio, si no se consigue una base y una estabilidad, al final no se llega al triunfo. Por eso, tanto en la vida como en el fútbol el dinero no es todo. Hay cosas más importantes con las que también se puede triunfar. El dinero ayuda a conseguir esos triunfos pero necesita de trabajo, de tener los pies en el suelo y de mucho trabajo diario.
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